miércoles, 24 de febrero de 2010

Orillas






















Mis dos amigos caminaban juntos. Wilde me llamó aparte.

-Usted escucha con los ojos- me dijo bruscamente-; por eso le contaré esta historia. "Cuando murió Narciso, las flores de los campos se desolaban y le pidieron al arroyo gotas de agua para llorar. -¡Oh!, respondió el arroyo, aunque todas mis gotas de agua fueran lagrimas, no serían bastantes para llorar a Narciso. Yo lo amaba. -¡Oh!, contestaron las flores del campo, ¡cómo no ibas a amarlo! ¡Era tan bello! -¿Era bello?, dijo el arroyo. -¿Y quién mejor que tú lo sabes? Cada vez que se inclinaba sobre tus orillas miraba en tu agua su belleza...

Wilde se detuvo un instante...

-Si yo lo amaba- respondió el arroyo-, era porque cuando Narciso se inclinaba sobre mis orillas, yo veía el reflejo de mi agua en sus ojos".

Después, Wilde, satisfecho y con una bizarra carcajada, agregó:

-Eso se llama: "El discípulo".

Habíamos llegado frente a su casa y le dejamos. Él me invitó a verlo. Ese año y el siguiente lo vi a menudo y en todas partes.

André Gide sobre Oscar Wilde

miércoles, 17 de febrero de 2010

ganglio









































Había que abrir los abscesos; era evidente. Dos golpes de bisturí en cruz y los ganglios arrojaban una materia mezclada de sangre. los enfermos sangraban, descuartizados. Pero aparecían manchas en el vientre y en las piernas, un ganglio dejaba de supurar y después volvía a hincharse. La mayor parte de las veces el enfermo moría en medio de un olor espantoso.

La Peste
Albert Camus

jueves, 4 de febrero de 2010

Comodidad y Complacencia





















































































Me siento tan cómodo en mi casa en Talca. Mi pieza es un espacio chiquitito y acogedor, donde tengo de todos mis vicios a mano; quieto en la cama, acostado con toda relajación, me muevo a la derecha a buscar tal cosa, me muevo a la izquierda a buscar otra cosa. Me inspira mi casa… He pasado noches en varios otros lugares, pero en ninguno de ellos viene la sensación conocida y apaciguadora de estar en tu casa, en tu pieza. Es aquí donde escribo todas las cosas que escribo. Es aquí donde trato de relegar la mente a un segundo plano, y permitir al espíritu que se manifieste a través de este canal. Me gustan las cosas que voy escribiendo porque son como mis textos sagrados; son los distintos libros de “mi biblia”, una que hacemos juntos con Dios a través de la conexión siempre presente con nuestra parte espiritual, con nuestra parte-en-Dios. Mis libros son personales, pues tienen mensajes que salen desde mi realidad, pero creo que a más de algún ser humano que vaya por los mismos caminos del alma que yo camino, puedan susurrarle a su propio espíritu, a su propio “Yo-Superior”, y entablar un mágico lazo de entendimiento y conexión. Creo que en estos tiempos cada ser humano tiene el derecho —y es inmensamente gratificante hacer valer este derecho— de replantear los fundamentos de sus formas de pensar; de hacer al menos el ejercicio de mirar hacia dentro y conocerse a uno mismo.Me gusta la libertad de lo indefinido; de no categorizar nada, ni ponerle etiquetas las cosas… Disfruto día a día del sorprenderme de emociones y sentimientos nuevos, desconocidos, interesantes… Siento que voy de bien en mejor.
C.T.P.