Quise fotografiarme/ y escogí los ojos de un perro vago./ Pequeño vagabundo sin dueño,/ sucio,/ con cardos secos en el pelaje marchito./ No me cobró nada/ y volvió a escarbar su tarro de basura./ Cada uno sigue su camino.
jorge teillier
lunes, 15 de noviembre de 2010
tangible ausencia
Volver a mi viejo dolor inacabable, sin desenlace. Temía quedarme sin un imposible. Y lo hallé, claro que lo hallé.
Tangible Ausencia
Alejandra Pizarnik
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Así nomás es la cosa. Sí, esa es la vedadera muerte o la definitiva: cuando ya nadie te recuerda. Por eso, cuidadito con creer en la posteridad, que dura lo que dura y nada más.
3 comentarios:
Así nomás es la cosa. Sí, esa es la vedadera muerte o la definitiva: cuando ya nadie te recuerda.
Por eso, cuidadito con creer en la posteridad, que dura lo que dura y nada más.
KR
no había visto este comentario, hasta casi cuatro meses después...tranquilo, sé lo de la posteridad.
un abrazo. no sabes cuánto me gratifica saber que estamos en esto aún...
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