(...) Como siempre todo convergía desde dimensiones inconciliables, un grotesco collage que había que ajustar con vodka y categorías kantianas, esos tranqulizantes contra cualquier coagulación demasiado brusca de la realidad. O, como siempre, cerrar los ojos y volverse atrás del mundo algodonado de cualquier otra noche escogida atentamente de entre la baraja abierta.
Julio Cortázar
Capítulo 14
Rayuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario